Chet Baker. Born to be blue

Born to be blue es el título de la última película de Robert Budreau, aplaudida en el festival de cine de Canadá en 2015 y que aquí no hemos tenido más remedio que ver en casa.

Born to be blue rinde tributo al trompetista de jazz Chet Baker, famoso por su talento, por su adicción a las drogas y también por su atractivo físico. Guapo hasta el punto que en los años 50 fue comparado con James Dean, Chet llamó la atención del director Dino de Laurentiis, quien en 1966 le sacó de la cárcel para hacer un biopic sobre su azarosa vida. Así empieza Born to be blue.

Ethan Hawke es Chet Baker en “Born to be blue”, dirigida por Robert Budreau. 2015

Durante el rodaje con Laurentiis, unos traficantes le parten los dientes a Chet (Ethan Hawke) tras una brutal paliza. El rodaje se cancela, pero él se repondrá gracias al amor de Jane (Carmen Ejogo), su pareja entonces, y a su afán por volver a tocar la trompeta, con boquillas adaptadas a su dentadura postiza. Aprenderá de nuevo a tocar su instrumento ensayando como un principiante, actuando en pizzerias, luchando contra sus fantasmas personales, que veremos aparecer en el film de Budreau.

El primer fantasma surge en blanco y negro, formato que nos habla del pasado. Estamos en el Birdland , New YorkChet  es una joven promesa cuando toca y canta por primera vez ante un poderoso Miles Davis que le ningunea. El otro fantasma es Charlie Parker, influencia para cientos de músicos que creyeron que para tocar como él debían chutarse como él. Y el último y tercer fantasma es el padre de Chet, ante quien se siente irremediablemente superado.

El amor a la trompeta le lleva de nuevo al punto de partida, que en realidad es una encrucijada:  Birdland. Miles Davis entre el público, juez definitivo ante quien Chet deberá demostrar que ha vuelto para quedarse. Pero en esta encrucijada aparecerá de nuevo la heroína, la fuerza que permite a Chet tocar como toca.

En el Birdland alguien ganará y alguien perderá. Aquel día quizá ganamos todos. Quizá el único que perdió fue Chet, que desde muy niño supo que había nacido para la tristeza.

 

 

Cómics: Imprescindibles

“15 cómics imprescindibles para los que nunca han abierto un tebeo” es el título de un artículo aparecido en El País  , en el que Eneko Ruiz recomienda 15 cómics que considera básicos para aquellos que no lean tebeos habitualmente. Sus recomendaciones me parecen muy acertadas, más si la primera es Watchmen.

No voy a contaros de qué va Watchmen , en el artículo podéis haceros una idea. Lo que sí quiero expresar es que en mi opinión, Watchmen debería ser de lectura obligatoria en nuestras escuelas, opinión que mantengo sobre el cómic en general, arte históricamente menospreciado en nuestro país.

Rorschach, la conciencia de Watchmen. Dave Gibbons/Alan Moore.

El cómic, como cualquier arte, tiene la obligación de entretenernos, de ocupar nuestro tiempo de ocio y llenar vacíos. Pero como a cualquier otra expresión cultural, podemos pedirle que nos instruya, que nos haga pensar y por lo tanto, crecer.  ¿Queremos divertirnos? Por supuesto que sí, los cómics de  Los Vengadores deben ser tan  “palomiteros” como las versiones cinematográficas recientes, pero ¿siempre buscamos sólo diversión? La trilogía de Batman dirigida por Christopher Nolan ¿no nos aportaba algo más?

El cómic debe ser valorado en su justa medida y debería formar parte de nuestra cultura como ocurre con la literatura, el cine, la música o la pintura. Pero para que tenga el valor que se merece,  debe ser apreciado como en otros países de Europa, donde los dibujantes no sólo son eso, sino también artistas. Crezcamos con los cómics como con los libros, y abandonemos de una vez por todas la palabra tebeo para referirnos, despectivamente, a unas hojas con dibujos que damos a los niños para que se entretengan y no molesten durante un buen rato.

Instruyamos a nuestros adolescentes ya en la escuela que la palabra dibujada es tan importante, o más, que la palabra escrita. ¿Empezamos por Watchmen?